Jóvenes aunque sobradamente preparados. El eslogan que estaba en boca de todos en los años 90, a raíz de un anuncio que pretendía representar a toda una generación, podría trasladarse hoy, en el territorio de la estética, a esas mujeres de menos de 35 años que se preocupan por el envejecimiento de su piel antes casi incluso de que este haya comenzado a hacer mella en su aspecto. No esperan a que el daño esté hecho.

Con la cosmética y los tratamientos que tienen a su disposición, las nuevas técnicas y los protocolos que cada vez dan mejores resultados, parece que se preparan para ser jóvenes durante más tiempo, a través de cuidados específicos y medidas preventivas. Conocen las soluciones gracias a los medios de comunicación, o a sus madres, y no dudan en hacer uso de ellas.

Con cifras en la mano, la doctora Isabel Aldanondo, dermatóloga en la clínica de Pedro Jaén, confirma una tendencia al alza. “España es el primer país en intervenciones estéticas en menores de 21 años, y más del 40% del total se las realizan mujeres que acaban de cumplir los 20. Y en EEUU, por ejemplo, el 34% del bótox que se inyecta y de los peelings que se llevan a cabo se los hacen menores de 35”.

En el último informe de la Secpre (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética) sobre el estado de la cirugía en nuestro país en 2013 también se resalta que casi el 50% de las intervenciones que requieren quirófano se realizan entre los 30 y los 44 años. “No hay duda; es cierto que vienen a la consulta mujeres cada vez más jóvenes. Piden lo que llamamos intervenciones pre-envejecimiento, que ralentizan la manera de envejecer, la hacen más pausada”, aclara Aldanondo.

El porqué de esta creciente preocupación se encuentra en factores psicológicos de percepción personal, pero también en el entorno, la cultura y la sociedad. La psicóloga Silvia Álava, del Gabinete Álava Reyes (Madrid, tel. 902 99 84 57), culpa a la corriente de “llevar una vida sana y equilibrada en todos los aspectos. La influencia de los medios de comunicación, las series, las redes sociales y, por supuesto, la familia (las hijas reproducen los hábitos que ven en las madres), conducen a que queramos sacar lo mejor de nuestro aspecto”.

Coincide, por otra parte, que durante los 20 y 30 años es cuando se hace más vida laboral y social, y la presión por estar siempre perfecta aumenta. Además, la doctora María Rosa García Maroto, directora del departamento de medicina estética de la Clínica de la Fuente, aclara que los procedimientos empleados ofrecen “unos resultados muy naturales, lo que hace que se pierda el miedo a acercarse a ellos. Por otro lado, en nuestro país hay una concienciación estética muy grande por el hecho de que se hace bastante vida social, se sale mucho a la calle por el buen clima…”. Todo en conjunto hace que las mujeres se preocupen por tener durante más tiempo un aspecto fresco, sano y juvenil.

Los primeros síntomas que se manifiestan en la piel y hacen que las mujeres comiencen a preocuparse no son ni mucho menos graves (ni arrugas muy marcadas ni una flacidez preocupante), sino que aparecen en forma de ligeros cambios que hacen saltar las alarmas. “Entre los 25 y los 35 años acuden por primera vez a la consulta de un dermatólogo. Aún son jóvenes pero notan que algo no funciona como antes”, comenta Isabel Aldanondo.

Foto: Imaxtree.

La piel seca y apagada, un tono grisáceo y quizá algún asomo de manchas y rojeces, los poros más abiertos… Son sobre todo las que más han abusado de la exposición al sol en la infancia y la adolescencia las que lo sufren pues, como subraya la dermatóloga, “es uno de los factores que más avejentan el aspecto del cutis”. También la genética cuenta, y los fototipos: como dato curioso, las rubias de piel muy clara son las que más tendencia tienen a envejecer de manera prematura.

Aparte de las sensaciones que cada una pueda tener, la realidad es que los cambios cutáneos comienzan precisamente alrededor de los 25 a nivel epidérmico, a ras de piel, provocados sobre todo por la mencionada acción de los rayos UV y la contaminación, que impulsan la aparición de los radicales libres. Se ralentiza el proceso de renovación celular, y eso se traduce en una mayor deshidratación, posible descamación, primeras manchas y un tono cada vez menos luminoso y uniforme. A nivel dérmico los cambios son aún ligeros, pero comienza la inflamación y debilitación de los vasos sanguíneos (lo que ocasiona rojeces), se da una menor producción de ácido hialurónico y aparecen las primeras líneas de expresión, las denominadas de mímica (que nacen debido a los gestos frecuentes).

Soluciones y métodos de prevención toman la palabra. “En esta etapa, los procedimientos estéticos más realizados son los peelings químicos superficiales que, sin ser muy agresivos, contribuyen a tratar granos, manchas de acné, pérdida de luminosidad y a cerrar el poro”, explica la dermatóloga María Marcos, miembro de la AEDV. Se utilizan para ello láseres fraccionados que promueven la renovación de la piel, estimulan la producción de colágeno y atenúan las imperfecciones de diferentes tipos.

Aunque “no hacen milagros”, según Aldanondo, sí que mejoran determinados aspectos y optimizan la apariencia y la salud de la piel. La doctora recomienda también, como solución y prevención, la infiltración de toxina botulínica. “Es muy buen tratamiento para las arrugas de expresión en la treintena; las mujeres jóvenes aún no tienen surcos demasiado profundos en el entrecejo y alrededor de los ojos, y utilizarla con regularidad es útil para que no lleguen a extremos. Lo cierto es que ejerce un importante papel profiláctico”, concluye.

¿A qué edad empiezo a usar un contorno de ojos?

Es una de las eternas dudas cosméticas que suele sacudir a las mujeres jóvenes. La treintena es una buena respuesta. Los expertos consultados señalan, de hecho, que una rutina básica de belleza desde los 25 a los 35 empezaría por una buena limpieza y tendría como ítems obligatorios un filtro solar, para minimizar los efectos de la radiación ultravioleta, el ya mencionado contorno de ojos y un activo específico antienvejecimiento.

Foto: Imaxtree.

Los más eficaces, según Isabel Aldanondo, son los antioxidantes, los hidroxiácidos y los retinoides. En cabina, Elena Comes, directora de le Petit Salon, que destaca que alrededor del 70% de sus clientas tienen esta franja de edad, recomendaría un tratamiento facial cada 45 o 60 días, “alternando una limpieza con un protocolo más intensivo, como hidrataciones profundas y sesiones que incluyan vitamina C”.

El cuerpo también preocupa

Y prueba de ello es que casi el 80% de las operaciones de pecho en España en 2013, según la Secpre, se realizaron en menores de 30 años. “Se trata de la intervención más frecuente en este rango de edad, concretamente el aumento de mamas, seguida de la liposucción”, confirma el cirujano plástico Ángel Juárez Cordero, del departamento de cirugía plástica, estética y reparadora del Hospital La Zarzuela de Madrid.

A un nivel menos agresivo, la celulitis, la deshidratación y la aparición de síntomas de flacidez son los enemigos. En casa, con la cosmética destinada a ello; en institutos y centros médicos, con sesiones intensivas que se centren en las zonas que deben tratarse.

Como medida general, Elena Comes sugiere entre seis y 15 sesiones intensivas con aparatología, dependiendo del caso concreto y del nivel de daño. “Para mantener la celulitis y la retención de líquidos a raya, cada mes y medio hay que pasar por las manos de un experto”, aconseja.

Leer mas:

http://es.wikipedia.org/wiki/Antioxidante

http://es.wikipedia.org/wiki/Toxina_botulínica

http://www.elmundo.es/yodona/2015/02/14/54dc9f8e268e3e7c398b456e.html

http://www.studyabroad.com/members/kaitlyngraap/default.aspx