La caspa, un ser vivo, Nace, crece, se reproduce y muere

por | Ago 8, 2016 | Ciencia | 0 Comentarios

La caspa, un ser vivo, Nace, crece, se reproduce y muere

 

Nace, crece, se reproduce y muere. Tiene su propia configuración, diríase que su propio carácter. ¿No será la caspa, ese horrible acompañante de algunos cabellos desgraciados, un ser vivo? Habrá que estudiarla de cerca. En el pelo, un hongo llamado Malassezia trabaja anónimamente en la formación de la pesadilla de algunos. A pesar de que lo normal es que las células de la piel mueran periódicamente y generen escamaciones, algunas personas presentan un aumento inusitado de esta función acompañado de picores e irritaciones. El culpable es ese hongo (Malasezzia globosa) que en condiciones normales no hace nada malo. Se alimenta del sebo que secretan las glándulas sebáceas de la piel. Es decir está en cualquier lugar donde haya una de estas glándulas: cabeza, cejas, barba, axilas, orejas, nariz…) Cuando el número de individuos de este hongo es muy elevado la piel suele sentirse amenazada y aumenta su capacidad de regeneración. Como consecuencias nacen mas velozmente nuevas células, pero también mueren a mayor velocidad las viejas. El número de escamas aumenta y no se pierden inadvertidamente en el aire como ocurre en condiciones normales sino que se aglutinan en esas preocupantes motas blancas de la caspa. No es exactamente un ser vivo, en realidad son células muertas, pero surge como reacción a algo vivito y coleante. Como otro fenómeno que sucede un poco más debajo de nuestro cuero cabelludo, en el espacio que tenemos entre el entrecejo y la punta de la nariz. Ahí habita otra bacteria que a todos nos ha dado alguna vez algún disgusto: Propionibacterium acnes. Recientemente se ha descubierto que este microorganismo puede ser de tres tipos. Una de esas modalidades ejerce una función beneficiosa para la piel y la protege de agresiones externas. Dos son las causantes del acné.

En estudios anteriores ya se había detectado que esta Propionibacterium estaba presente en el 80 por ciento de las pieles aquejadas de acné juvenil. Pero no se conocía su método de actuación. El bichito anida en la parte más profunda del poro y cuando agrede al sistema inmune origina las famosas espinillas.

Un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, liderado por Huiying Li, profesor de farmacología médica, ha analizado a esta bacteria en la nariz de 101 personas voluntarias (49 tenían granos y el resto mostraba una piel clara).

Para ello, se realizó un análisis genómico del ADN microbiano lo que permitió identificar todas las cepas posibles de microorganismo. Se hallaron tres cepas de «Propionibacterium acnes» distintas implicadas en este proceso. Dos aparecieron en uno de cada cinco voluntarios con acné y muy pocas veces se manifestaron en personas con la piel clara. La tercera puede destruir las bacterias perjudiciales y proteger así la piel, al igual que las bacterias del yogur protegen el intestino.

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https://youtu.be/HxaQOcTirS4

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