Envejecer es algo inevitable, pero en nuestros manos está el hacerlo de forma saludable, Envejecer mejor.
ENVEJECER MEJOR
La capacidad funcional de una persona aumenta en los primeros años de la vida, alcanza la cúspide al comienzo de la edad adulta y, naturalmente, a partir de entonces empieza a declinar. El ritmo del descenso está determinado, al menos en parte, por nuestro comportamiento y las cosas a las que nos exponemos a lo largo de la vida. Entre ellas cabe mencionar lo que comemos, la actividad física que desplegamos y nuestra exposición a riesgos como el hábito de fumar, el consumo nocivo de alcohol o la exposición a sustancias tóxicas.
Aunque se vive más tiempo, no se goza necesariamente de mejor salud que antes y casi una cuarta parte (23%) de la carga mundial general de mortalidad y morbilidad se registra en los mayores de 60 años, y gran parte de esa carga puede atribuirse a enfermedades de larga duración como el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas, las cardiopatías, las enfermedades osteo-musculares (como la artritis y la osteoporosis) y los trastornos mentales y neurológicos. Esa prolongada carga de morbilidad y reducción del bienestar afecta a los mayores, sus familias, los sistemas de salud y las economías, y está previsto que vaya a más.
Es una evidencia que en los países desarrollados están cambiando las prioridades sanitarias como consecuencia del progresivo envejecimiento de la población y esto porque la evidencia científica es cada vez más contundente en este sentido y si se hacen las cosas bien, es posible retrasar la morbilidad, que comporta dependencia y sufrimiento, a etapas muy avanzadas de la vida, con lo que se aumentaría la calidad de ésta y se limitarían los costes a su justo término. La nutrición puede servir de ejemplo y en nuestro medio la malnutrición en los ancianos ocasiona mayor morbi-mortalidad estando aceptado que la correcta nutrición es uno de los sistemas de intervención más efectivos que se conocen para que el envejecimiento sea lo más fisiológico posible.
Todos envejecemos…y, sin embargo, ¡qué poco nos gusta! El envejecimiento es un proceso natural que tiene lugar a lo largo de toda la vida y se caracteriza por un conjunto de cambios biológicos, fisiológicos, funcionales, psicológicos y sociales; algunos de los cuales se agudizan a partir de los 65 años mientras que otros comienzan mucho antes, incluso después de la adolescencia, como sucede con la pérdida de masa ósea tras el pico máximo de formación de los huesos, alrededor de los 20 años de vida. Por lo tanto, nunca es demasiado pronto para empezar a luchar contra en envejecimiento.
A medida que vamos sumando años, sufrimos cambios a nivel fisiológico, morfológico, humoral, de la homeostasis y los sistemas de control, del sistema inmune, del funcionamiento orgánico y, en general, de todos los procesos funcionales. También afecta de forma muy importante y a veces severa a los procesos de la digestión, absorción, utilización y excreción de nutrientes. Es decir, nuestro cuerpo va perdiendo facultades.
Sin embargo, no todos envejecemos por igual, y ahí radica la clave del asunto. Debemos aprender a diferenciar nuestra edad cronológica de nuestra edad biológica. La primera, que es la que figura en el carné de identidad, es la suma de los años que tenemos y es la única objetiva. En cambio, la biológica es la edad que parece que tenemos, y sobre ésta sí podemos actuar: podemos realizar acciones para que, aunque nuestra edad cronológica aumente, nuestra edad biológica lo haga en menor medida y nuestro cuerpo “se mantenga más joven”.
¿Cómo podemos influir en la edad biológica?
Podemos influir sobre nuestra edad biológica podemos entonces rebelarnos contra el envejecimiento.
Pues si, Podemos mantener e incrementar la energía física y capacidad mental, al activar el metabolismo celular, lograr una mejoría de las funciones orgánicas y glandulares, acompañado de una estimulación del sistema cardiovascular, retrasando el envejecimiento biologico (edad biologica). Para ello debemos aportar a nuestra dieta Nutrientes.
NDV Nutrientes, para influir en la edad biológica y rebelarnos contra el envejecimiento biológico
Diferente estudios indican que cuando existe en nuestra dieta un déficit de algunos nutrientes de forma más habitual se acelera el enjececimiento viologico, siendo estos los principales nutriente a añadir a nuestra dieta habitual:
La cafeína se encuentra en muchos alimentos de forma natural y cada vez se consume con más frecuencia pues puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson al retardar el envejecimiento de las células del cerebro y algunos estudios sugieren que consumir cafeína a diario puede reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad hasta en un 80%. La cafeína también mejora las funciones cognitivas, aumenta la resistencia física y ayuda a reducir la fatiga. Además, la cafeína estimula la liberación de dopamina en el cerebro, lo que brinda una sensación general de bienestar y felicidad.
El calcio puede estar disminuido en las personas mayores, bien por una baja ingesta de productos lácteos, bien por su menor absorción o por modificación de los reguladores de su homeostasis (parathormona, vitamina D3, calcitonina, ingesta de fósforo), bien por la hipoclorhidria que reducir la formación de sales solubles del calcio que facilitan su absorción posterior. El calcio aumenta metabólicamente a nivel plasmático cuando éste se necesita para ejercer sus funciones, si no hay calcio biodisponible el organismo lo obtiene de la descalcificación del hueso. Por ese motivo, el déficit de calcio provoca osteopenia, osteoporosis, calambres musculares y muerte celular. Desajusta el equilibrio fósforo/calcio y si se mantiene en el tiempo eleva los niveles de parathormona y, con ello, aumenta el riesgo de calcificaciones metastásicas (en paredes venosas y en órganos).
El cobre es ingerido a través de los alimentos y es absorbido en el estómago e intestino delgado para pasar a la circulación sanguínea. Allí transporta proteínas que se depositan en el hígado. Es a partir del hígado que se distribuirá a las diferentes partes de nuestro organismo. Ante carencias de cobre en el organismo, su presencia disminuye en el cerebro, huesos, tejidos conjuntivos y médula ósea pero no en el hígado. El cobre es un antioxidante que reduce el daño celular causado por los radicales libres, interviene en la formación de tejido conectivo, mejora el transporte orgánico de hierro, aumenta la producción de energía, la síntesis de neurotransmisores, la formación y mantenimiento de mielina, el buen funcionamiento de la glándula tiroides y participa en el mantenimiento del sistema inmune.
El hierro, La incidencia de anemia en las personas mayores es un índice de morbi-mortalidad. El déficit de hierro puede deberse a una menor ingesta de alimentos ricos en este mineral (principalmente carne), a una disminución de su absorción debido a la hipoclorhidria del estómago o a una desregulación de su equilibrio homeostático, así como a sangrados ocultos. El déficit de hierro produce anemia ferropénica, debilidad, cansancio, disminución de la respuesta inmune y síndrome de piernas inquietas.
El magnesio forma parte estructural de nuestros huesos, músculos, sangre y tejidos diversos. El cuerpo lo necesita para producir energía, para sintetizar las proteínas y las grasas, para la actividad muscular en la contracción y la relajación, para las diversas funciones del sistema nervioso, además de usarlo para metabolizar entre otros componentes el calcio.
El yodo se añade a casi cualquier sal y es un material de construcción de las hormonas tiroideas que son esenciales para el crecimiento, el sistema nervioso y el metabolismo.
La cúrcuma crece como un arbusto en la India y zonas tropicales de Asia. Su ingrediente activo proveniente de las raíces es una sustancia llamada curcumina, de color amarillo brillante que tiene propiedades medicinales, y también añade su color y sabor picante a muchos platos deliciosos. La medicina ayurvédica ha utilizado la curcumina, para reducir la inflamación y el dolor articular y su acción antiinflamatoria se basa, sobre todo, en su capacidad para reducir la liberación de los mediadores inflamatorios, y de estimular a su vez la producción de cortisona en las glándulas adrenales.
La granada (Punica granatum) es una fruta que contiene altísimas concentraciones de polifenoles de los cuales predominan los elagitaninos conocidos como Punicalagina que es el antioxidante de mayor peso molecular conocido hasta el momento y es singular porque son polifenoles que ayudan a proteger las células del daño que causa el estrés oxidativo y el envejecimiento. Son un tipo de polifenoles o antioxidantes tres veces superiores a los del vino, el té verde, la naranja, o la manzana y además, es un fruto conocido por sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
Semilla de uva polifenólico. El extracto de semilla de uva polifenólico contiene compuestos muy útiles para restaurar la memoria en los ancianos y no sólo eso, también es capaz de mejorar la capacidad cognitiva y la lógica.
La coenzima Q10 (Ubiquinona) es un compuesto liposoluble que se encuentra principalmente en el centro productor de energía de las células conocido como “mitocondria”. Por lo tanto, los órganos que más energía requieren, como el corazón y el hígado, son los que poseen mayores concentraciones de la coenzima Q10. La ingesta suficiente de coenzima Q10 es importante para convertir la energía de los carbohidratos y los lípidos en la forma de energía que utilizan las células y para proteger, como “antioxidante”, células, tejidos y órganos frente a los efectos perjudiciales de los radicales libres, que pueden contribuir al proceso de envejecimiento y al desarrollo de una serie de problemas de salud que incluye las enfermedades cardiacas y el cáncer.
El ácido docosahexaenoico (C22:6 ω-3, DHA) es un ácido graso poliinsaturado de cadena larga de origen marino fundamental para la formación y funcionalidad del sistema nervioso, especialmente para el cerebro y la retina de los humanos. Actualmente se considera al DHA como un nutriente crítico en la vejez por las actividades de uno de sus derivados conocidos como neuroprotectina D-1 (NPD-1) que presenta propiedades neuroprotectoras frente al envejecimiento cerebral, algunas enfermedades neurodegenerativas y al daño causado por el daño durante episodios de isquemia-reperfusión cerebral. Además, los suplementos de DHA en los adultos mayores que padecen un deterioro cognitivo leve pueden mejorar su memoria y función cognitiva.
Ácido fólico y vitamina B12: Son necesarias para la síntesis de DNA, su déficit produce anemia megaloblástica. En el sistema inmune, el déficit de ambas vitaminas se asocia a una menor actividad fagocítica de los neutrófilos (Kunisawa, 2013). La deficiencia de ácido fólico se asocia a una menor resistencia a las infecciones ya que afecta a la actividad de los linfocitos T y las células NK. La vitamina B12 precisa del Factor Intrínseco, secretado por la mucosa gástrica para ser absorbida a nivel del ileon. La gastritis atrófica, propia de las personas de edad avanzada, que puede alcanzar a un 10-30% de los individuos mayores de 70 años afecta a la síntesis de factor intrínseco, pepsina y ácido clorhídrico. Si hay deficiencia de pepsina e hipoclohidria se dificulta la separación de la vitamina de la proteína alimentaria a la cual está unida, impidiéndose su unión al factor intrínseco. Por otra parte, la gastritis atrófica conduce a una colonización bacteriana del tracto gastrointestinal superior, pudiendo las bacterias utilizar pequeñas cantidades de vitamina B12 que se liberan de la proteína alimentaria, reduciendo así su utilización por el organismo. Igualmente, la tripsina y el bicarbonato, producidos por el páncreas, son imprescindible para su absorción y las secreciones pancreáticas también se ven mermadas. Otras causas del déficit de esta vitamina en personas de edad avanzada son la presencia de gastrectomía, celiaquía, esprue y enfermedad inflamatoria intestinal y medicamentos que afectan a su absorción con los antiácidos y antiH2. La vitamina B12 se encuentra en los alimentos de origen animal. Los folatos son de especial interés ya que junto con la vitamina B12 y la vitamina B6 intervienen en el metabolismo de la homocisteína actuando sobre la función cognitiva. Las deficiencias de ácido fólico son producidas por malabsorción o por interacción con medicamentos como antiepilépticos, aspirina o trimetroprim. Tienen repercusión general en la persona de edad avanzada porque provoca astenia, anorexia, fatiga, confusión mental e insomnio. El ácido fólico se encuentra en legumbres, cereales integrales, berro, col rizada, espinacas…
El EPA o ácido Eicosapentaenoico, es un ácido graso omega-3 presente en la grasa de los pescados de aguas frías. No puede ser fabricado por el organismo, dependiendo enteramente de la dieta para su obtención. Se ha constatado que la dieta moderna, incluida la Mediterránea, es en muchos casos deficiente en Omega-3 a pesar de consumir pescado. En la actualidad, gran número de evidencias científicas demuestran que el consumo de ácidos grasos omega-3 produce una disminución en el riesgo cardiovascular al reducir los eventos cardiacos, además de producir una reducción en el avance de la aterosclerosis.
El ácido hialurónico es una sustancia que se localiza en el líquido sinovial dentro de las articulaciones, donde actúa como un amortiguador natural y evita el sufrimiento y el desgaste de la articulación evitando que los huesos choquen o se rocen entre sí. El consumo de este ingrediente bioactivo aumenta la concentración y el tamaño de las moléculas de hialurónico articular que se encuentran en niveles bajos en la artrosis, al tiempo que reduce la liberación de sustancias químicas inflamatorias.
La Biotina es importante como un cofactor de enzimas que intervienen en la catálisis de reacciones metabólicas esenciales para sintetizar ácidos grasos, en la gluconeogénesis y en el metabolismo de la leucina. La Biotina se encuentra en muchos alimentos como germen de trigo, cereales integrales, pan integral, huevos, productos lácteos, frutos secos, acelga, salmón y pollo. La Biotina presente en los alimentos está generalmente unida con proteínas y tiene una absorción relativamente pobre.
Glucosamina y condroitina son sustancias que están en el cartílago y el líquido articular. La condroitina se encuentra normalmente en nuestro cuerpo en lo que se conoce como tejido conectivo que está en las articulaciones y en los huesos y entre sus funciones ayuda a que el cartílago conserve agua (ya que el cartílago funciona como amortiguador) y junto con la glucosamina, ayuda a que conservemos el cartílago y con ello a controlar el dolor y detener el avance de la artritis.
El aminoácido glutamina forma parte de un gran número de procesos metabólicos, estabiliza nuestro sistema inmunológico, fortalece las células intestinales y ayuda en los casos de estrés, en el estado de ánimo y en la intranquilidad interior. La glutamina es un importante proveedor de energía para el sistema inmunológico y las células del intestino y, además, actúa como un detonador para las células.
La lisina es un aminoácido esencial básico y un elemento fundamental para la construcción de las proteínas en el organismo, al tiempo que desempeña importantes funciones en la absorción del calcio, construcción muscular y en la producción de hormonas, enzimas y anticuerpos. La lisina estimula la liberación de la hormona del crecimiento, algo que ha hecho que se utilice para retrasar el envejecimiento.
La melatonina (N-acetil-5-metoxitriptamina), hormona producida por la glándula pineal, es la señal bioquímica endógena de oscuridad para nuestro organismo. Entre los cambios asociados al envejecimiento se observa un descenso considerable de la producción de melatonina por lo que su suplementación es fundamental para reducir los trastornos del sueño, modular el sistema inmunológico y como antioxidante en procesos neurodegenerativos e inflamatorios.
El Saccharomyces boulardii es una levadura, que es un tipo de hongo que se utiliza para el tratamiento y la prevención de la diarrea, incluyendo la diarrea ocasionada por el uso de antibióticos. Se utiliza también para problemas digestivos en general, para el síndrome del intestino irritable, para las enfermedades inflamatorias del intestino, la intolerancia a la lactosa, y para prevenir las infecciones del tracto urinario y las infecciones vaginales.
Serenoa repens, palma enana americana. La llamada en la botánica Serenoa repens, palma enana americana, se utiliza como hierba medicinal explotando principalmente su extracto que contiene ácidos grasos tales como ácido láurico, mirístico y ácido caprílico, así como alcoholes y polisacáridos saturados e insaturados. Tanto para hombres como para mujeres es utilizado para tratar una variedad de dolencias como la inflamación testicular, inflamación del tracto urinario, la tos y la congestión respiratoria. También se utiliza para fortalecer la glándula tiroides, equilibrar el metabolismo, estimular el apetito y ayudan a la digestión y se está convirtiendo en famoso por sus usos en la restauración del cabello, salud de la próstata, el vigor sexual, la mejora de mama y como tónico nutritivo.
Tiamina, Riboflavina y Niacina: Son vitaminas necesarias porque actúan como cofactores de diferentes enzimas implicadas en el metabolismo de carbohidratos, proteínas y lípidos. El déficit de tiamina (vitamina B1) es más habitual en personas alcohólicas, pero también pueden padecerlo enfermos en diálisis peritoneal. Causa cardiopatías y neuropatías periféricas, encefalopatía de Wernike, psicosis de Korsakov y, en casos extremos, el beri-beri. La vitamina B2 ó riboflavina puede ser deficitaria en personas con hepatopatías, diarrea crónica y alcoholismo y produce glositis, quelosis, dermatitis seborreica y anemia. Por último, la niacina o vitamina B3 puede ser deficitaria en personas con alcoholismo, cirrosis, diarrea crónica o síndrome carcinoide y provoca la enfermedad conocida como pelagra (dermatitis, deshidratación, demencia).
Vitamina B6 o Piridoxina, es cofactor de las enzimas transaminasas y, por tanto, esencial en el metabolismo de los aminoácidos; pero también es necesaria para el metabolismo de los lípidos y de los ácidos nucléicos. Se encuentra ampliamente distribuida en todos los alimentos por lo que su deficiencia es rara pero se puede dar en estados de desnutrición y en las personas de edad avanzada, así como en casos de malabsorción, diálisis, alcoholismo y en interacción con medicamentos como isoniazida, penicilamina, hidralacina y estrógenos. Su déficit afecta a la síntesis del ácido γ-aminobutírico (GABA), un neurotransmisor inhibidor del Sistema Nervioso Central que regula el tono muscular, por lo que puede causar fatiga y cansancio. También su déficit está asociado a la aparición de un tipo de anemia sideroblástica, ya que interviene en la síntesis de ácido delta-aminolevulínico, precursor de la protoporfirina. En el sistema inmune, su deficiencia puede provocar un descenso del número de linfocitos y de su actividad, ya que regula el tráfico celular de estas células desde el tejido linfoide a las mucosas. Se encuentra sobre todo en el pescado azul, los frutos secos, los lácteos y las pipas de girasol.
Vitamina D: Suele ser muy habitual la deficiencia por diferentes factores como una menor exposición solar, menor síntesis cutánea, menor absorción, reducción de la actividad de la enzima 1-alfahidroxilasa y baja ingesta de los alimentos que la contienen. También influyen enfermedades hepáticas y renales y fármacos como los antiepilépticos, rifampicina, isoniazida, ketoconazol y primidona. La vitamina D3 tiene múltiples funciones orgánicas, una de las más conocidas es la absorción del calcio a nivel intestinal, pero también tiene una importante papel en el sistema inmune ya que La vitamina D modula la contracción, inflamación y remodelación tisular. Su déficit puede causar fracturas por descalcificación ósea y miopatía miotónica proximal, además de inducir hiperparatiroidismo secundario. En el sistema inmune, su déficit se asocia con menor cantidad de linfocitos y una disminución de la inmunidad celular (hipersensibilidad cutánea retardada) y de la respuesta de los macrófagos y las células NK y con mayor gravedad de la artritis reumatoide. También se relaciona el déficit de esta vitamina con enfermedad inflamatoria intestinal y alteraciones de la microbiota colónica.
Existen multitud de estudios que tratan de establecer asociaciones entre datos de lo más diverso y la expectativa de vida. Se ofrecen como medidores de nuestra auténtica edad biológica. Los tests, como este que presentamos, publicado en la revista Nature, pueden resultar ilustrativos del tipo de factores que influyen en el número de años que seremos capaces de sobrevivir: sexo (el “sexo débil” vive más), estado civil (los hombres casados son más longevos), nivel de ingresos (una vez más, el dinero es importante), ejercicio físico (el deporte alarga la vida), una personalidad positiva (sonría, por favor), la longevidad de tus ancestros (¿y tú, de quién eres?)…
Calcula tu edad biológica
Con un test de 5 minutos
INSTRUCCIONES
Para tener una idea de cuánto podrías vivir, rellena este cuestionario. Parte de 76 y súmale o réstale a esa cifra los números entre paréntesis:
- Si tienes entre 30 y 50 (+2), y si tienes entre 51 y 70 (+4)
- Hombre (-3), Mujer (+4)
- Si vives en una zona urbana o población con más de 2 millones de habitantes (-2), y en una ciudad de menos de 10.000 habitantes (+2)
- Si uno de tus abuelos cumplió los 85 (+2), si todos los abuelos cumplieron los 80 (+6)
- Tu padre o madre murió de enfermedad cardiovascular o infarto cerebral antes de los 50 (-4)
- Si tu hermano, hermana, padre o madre de menos de 50 tiene cáncer, o una enfermedad cardiovascular, o diabetes desde la infancia (-3)
- Si ganas el equivalente a más de 35.000 euros al año (-2)
- Si terminaste la Universidad (+1), o tienes un graduado o título de formación profesional (+2)
- Si tienes 65 o más y aún trabajas (+3)
- Vives con tu esposo/a o novio/a (+5) Si vives solo (-3) y (-3) por cada década que has vivido solo desde los 25
- Si trabajas en una oficina (-3), y si tu trabajo requiere esfuerzo físico (+3)
- Si haces ejercicio con esfuerzo durante 30 minutos 5 veces por semana (+4), de 2a 3 veces por semana (+2)
- Si duermes más de diez horas al día (-4)
- Con un carácter relajado (+3) o fuerte (-3), feliz (+1) o infeliz (-2)
- Multa por exceso de velocidad en el último año (-1)
- Bebes el equivalente a 28 ml de licor al día (-11)
- Fumas más de 2 paquetes/día (-6) o entre ½ y 1 paquete diario (-3)
- Un sobrepeso de 23 kilos o más (-8), 14 a 22 kilos (-4), 4,5 a 13 kilos (-2)
- Si tienes más de 40 años y te haces un chequeo o vas al ginecólogo una vez al año (+2)
Ahora, suma y averigua tu esperanza de vida.