La medida terapéutica más importante en el tratamiento del melasma es la fotoprotección

por | Jun 17, 2019 | Ciencia, Miscelánea | 0 Comentarios

La medida terapéutica más importante en el tratamiento del melasma es la fotoprotección

 

Es bien conocido en el sector medico-estetico que la luz ultravioleta estimula la producción de pigmento por vías directas e indirectas, activa la proliferación de melanocitos, la producción de melanina y la transferencia de los melanosomas a los queratinocitos.

Por este motivo, en el tratamiento del melasma es indispensable el uso bloqueador solares de amplio espectro, en cantidades y horarios adecuados, al igual que evitar la exposición intencionada al sol.

En la medida en que se enfatice estas indicaciones y el paciente se apegue a ellas, se obtendrán mejores resultados con la terapia despigmentante. El grupo NutriDermoVital recomienda el uso de protectores solares con Factor de Protección Solar (FPS) mínimo de 30, de amplio espectro (UVA y UVB) con adecuada fotoestabilidad, sustantividad y con re aplicación adecuada en cantidad y frecuencia.

 

El Melasma “paño”, “máscara del embarazo”, “cloasma”.

El melasma es una hiperpigmentación facial adquirida y constituye una de las principales causas de consulta,tanto para el médico general como para el dermatólogo. Ésta es motivada por razones médicas, cosméticas o por la creencia errónea de que se trata de una condición secundaria a trastornos hepáticos o renales.

Es conocido popularmente como “paño” o “máscara del embarazo”, y en ocasiones mal llamado “cloasma”. Constituye uno de los motivos más frecuentes de consulta de problemas de la piel.

Es una dermatosis que, al afectar la cara, impacta negativamente en la calidad de vida de quienes la padecen, por lo que no debe considerarse sólo un problema cosmético.

Erróneamente se ha asociado por parte de los pacientes a trastornos hepáticos o renales. Su etiopatogenia es poco específica y su naturaleza recurrente ha conducido a la adopción de una gran variedad de alternativas terapéuticas, con resultados variables y transitorios.

Es precisamente esta variabilidad de la práctica en su tratamiento lo que motiva la elaboración de guías que orienten la conducta terapéutica, que sean al mismo tiempo eficaces y seguras, y que provean de herramientas de decisión tendientes al mejor aprovechamiento de recursos.

La etiopatogenia inespecífica y multifactorial de este trastorno ha determinado una diversidad de alternativas terapéuticas, lo cual dificulta una secuencia óptima y conduce a fallas terapéuticas que consumen tiempo y recursos económicos del paciente o de las instituciones de salud. Además, repercuten negativamente en la calidad de vida del paciente al no ver satisfechas sus expectativas de mejoría.

La severidad del proceso se puede documentar clínicamente a través de una escala cuantitativa, conocida como Melasma Area and Severity Index (MASI), en función de la evaluación de determinados parámetros:

.- la superficie afecta,

.- el color predominante

.- por la heterogeneidad u homogeneidad de la mancha.

 Por clasificacio en:

.- leve,

.- moderado

.- severo

 

 

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