Prevenir un golpe de calor en Bebés y niños en verano
Cuando una exposición excesiva y continuada al calor o al sol no es bien tolerada por una persona y le provoca un shock, hablamos de “golpe de calor”.
El cuerpo humano necesita mantenerse a una temperatura constante de 37 ºC, pero cuando se realiza cualquier esfuerzo físico, en un ambiente muy caluroso o bajo el efecto directo del sol, nuestro termómetro interno se eleva. Para termorregularse, se activan varios mecanismos como la sudoración o el traslado de la sangre calentada a los vasos más cercanos a la piel, que se dilatan, para intentar enfriarla.
Esta afección es muy grave, incluso puede producir la muerte. Por esta razón los bebés y los niños nunca deben estar expuestos directamente al sol, al menos hasta los cuatro años de edad. Los ambientes más peligrosos son los lugares excesivamente calurosos y húmedos ………
Algunos ejemplos comunes son dejar al bebé o los niños en un coche estacionado con las ventanillas y puertas cerradas o exponerlo a una temperatura elevada durante más de quince minutos sin ningún tipo de protección.
En los bebés recién nacidos, el sudor no es tan visible porque digamos que “su termostato”, el sistema de regulación de su temperatura, aún es inmaduro, así que habremos de llevar especial cuidado en que estén bien hidratados…..
¿Cómo prevenir los golpes de calor en los bebés o niños?
Una de las medidas de prevención para evitar los golpes de calor es evitar las altas temperaturas y la exposición al sol de tu bebé sin protección.
- Aclimata al niño a un ambiente determinado (playa, piscina, montaña…) de forma progresiva. Por ejemplo, el primer día basta con exponerlo a la temperatura ambiente durante 10 minutos, el segundo 20 minutos, el tercero media hora … . Lleva siempre una sombrilla o un protector solar al lugar que elijas. Además de una buena crema de protección solar alta, que debes aplicar tanto los días de sol como los días nublados, viste a tu bebé con una camisa de tonos claros y de tejido transpirable, y protege su cabeza con un gorro o sombrerito.
- Para evitar que el golpe de calor desencadene en una complicada deshidratación, es muy importante que ofrezcas de beber con frecuencia a tu hijo, aunque parezca que no tenga sed. Si a tu bebé le cuesta beber, prueba a darle pequeños sorbos a lo largo del día.
- Evita las horas centrales del día a la hora de realizar vuestros planes. Tanto en tu residencia habitual como en tu destino de vacaciones, busca un lugar fresco y a la sombra para tu bebé.
- Observa su estado de ánimo, si está alegre o decaído, ya que su comportamiento puede ser un indicador de que algo ocurre, y también el tono y aspecto de su piel (enrojecida, sudorosa…). Y si detectas alguno de los síntomas del golpe de calor actúa de la forma que hemos descrito en el punto anterior.
Siguiendo estos consejos, los más pequeños y nosotros disfrutaremos del verano sin sustos.