Tatuajes: la forma más insólita y personal de disimular las cicatrices

por | May 22, 2017 | Ciencia | 0 Comentarios

 

Tatuajes: la forma más insólita y personal de disimular las cicatrices

 

Las cicatrices y los tatuajes tienen mucho en común. Ambos suelen señalar acontecimientos relevantes en nuestras vidas. Pero casi ninguno podemos presumir de cicatrices bonitas y es raro que no nos traigan malos recuerdos. Por eso a veces intentamos disimular esas marcas traumáticas. Para conseguirlo hay múltiples fórmulas, desde tratamientos médicos y farmacológicos que suavizan y homogeneizan el aspecto de la piel hasta ‘marcar la marca’ con tatuajes, algunos de los cuales incluso utilizan la propia cicatriz como parte del dibujo.

Aunque no existen datos oficiales acerca de la población tatuada, el propio sector calcula que un 36% de las personas de entre 18 y 29 años tiene algún tipo de dibujo permanente en su piel y que una de cada ocho personas en el mundo ha decidido someterse a este procedimiento estético. A su vez, una indeterminada pero claramente mayoría de la población adulta tiene en su cuerpo algún tipo de cicatriz, salvo, tal vez, aquellos suertudos que hayan conseguido vivir su vida sin cortes, traumas, quemaduras o intervenciones quirúrgicas. Para aquellos que no pertenezcan a tan exclusivo grupo, aquí ofrecemos una serie de consejos a tener en cuenta si se quiere cubrir una cicatriz con una obra de arte y algunas ideas (las hay desternillantes) para su diseño.

El tatuaje puede doler más sobre una cicatriz. Como explica el artista del tatuaje Crash, también director de la revista ‘Tattoo Artist Magazine‘, sí, se pueden tatuar las cicatrices, pero existen ciertas limitaciones al respecto. La primera es que cada persona es distinta, al igual que cada cicatriz es diferente; algunas “pueden curar en meses y otras pueden llegar a tardar años”; hay personas “más propensas que otras a desarrollar queloides (lesiones de la piel formadas por crecimientos exagerados del tejido cicatrizal) o cuyos nervios se regeneran de forma que la piel se hace más sensible”, lo que puede provocar un dolor exagerado al someterse a un tatuaje.

La textura de la piel es diferente. La piel de los tatuajes es “menos porosa”, explica Crash, y su estructura “diferirá de la de la piel que rodea la lesión, provocando que las líneas sean menos definidas”. Es importante tener en cuenta que, por bueno que sea el tatuaje, la cicatriz seguirá estando allí, su particular textura perdurará. Así que la calidad del diseño y ejecución del tatuador jugarán un rol fundamental, capaz de engañar a la vista de la mayoría.

En cualquier caso, lo más importante a la hora de hacernos un tatuaje, más allá de si es para cubrir una cicatriz o solo porque nos gusta, es que aquella persona que nos lo realice sea de confianza y tenga todo el material y certificaciones necesarios, porque nuestra piel es un órgano de nuestro cuerpo (de hecho, el mayor) y al igual que el resto, solo deben tratarlo profesionales.

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