TENSADO DEL TEJIDO – Retracción del colageno por calor.
Aunque en los tratamientos de tensado de tejidos aparece nueva formación de colágeno, no se debe suponer que el tensado de tejido se puede producir sin los parámetros necesarios para un calentamiento volumétrico sostenido. Es fundamental para ello la retracción del colágeno por calor desde una estructura de triple hélice a una de resorte aleatorio.
El tensado no ablativo de tejidos es diferente a muchas de las otras aplicaciones descritas en este libro.
Las otras aplicaciones implican tratar un elemento selectivo dentro de la piel a la vez que se preserva el tejido circundante utilizando la teoría de la fototermólisis selectiva. No obstante, para el tensado de tejidos, debemos crear un cambio masivo en la piel para contrarrestar la flacidez cutánea causada por la edad. Si se suministra suficiente energía al colágeno, su estructura cambiará (se desnaturalizará) y eso hará que las fibras se contraigan y se engrosen. El colágeno es una familia de proteínas estructurales responsable de la fortaleza y la resistencia de la piel y de otros tejidos.
Las fibras de colágeno están compuestas por una triple hélice de cadenas protéicas, con enlaces entre cadenas que crean una estructura cristalina para el colágeno. Aunque la mayoría de los estudios de laboratorio sobre la retracción o desnaturalización del colágeno se han realizado ex-vivo, estos estudios muestran que el colágeno calentado transforma su estructura de triple hélice cristalina a una de espiral aleatoria y amorfa, mediante la ruptura de los enlaces hidrógeno de los cordones protéicos de la triple hélice. Esto genera un engrosamiento y retracción de las fibras de colágeno en la medida en que las cadenas se pliegan y asumen una configuración más estable.
Esta contracción inmediata del colágeno se puede utilizar en tratamientos cosméticos para tratar la flacidez cutánea u otros signos de envejecimiento en la cara o el cuerpo. Se debe observar que este tensado inmediato del tejido es diferente a la estimulación de colágeno a largo plazo producida como respuesta al daño inducido térmicamente descrito con anterioridad. Aunque en los tratamientos de tensado de tejidos aparece nueva formación de colágeno, no se debe suponer que el tensado de tejido se puede producir sin los parámetros necesarios para un calentamiento volumétrico sostenido.
A menudo se cita la temperatura de contracción del colágeno entre los 60 y 65°C. Sin embargo, un análisis más complejo muestra que la contracción del colágeno es un proceso proporcional caracterizado por la ecuación de Arrhenius. La fórmula general de la ecuación de Arrhenius es:
Ecuación 3: k=A *exp(-Ea/R*T)
Donde k es la tasa, Ea es la energía de activación para el proceso y T es la temperatura (en grados Kelvin).
Sobre la base de los parámetros supuestos para el colágeno en general, esta ecuación muestra que por cada 5°C de disminución de la temperatura, es necesario aumentar 10 veces el tiempo para lograr una contracción similar del colágeno. De esta forma, no existe una temperatura única de retracción y la magnitud de contracción de colágeno se determina por una combinación del tiempo y de la temperatura del tratamiento.
Diferentes estudios sugieren que:
.- Para exposiciones de milisegundos, la temperatura de retracción se encuentra por encima de los 85°C, mientras que
.- Para exposiciones relativamente largas de varios segundos ésta temperatura es de 60 a 65°C.
***Es muy importante recordar que todos los tratamientos no ablativos con evidencia histológica de tensado del tejido utilizan pulsos de multisegundos para proporcionar la combinación de tiempo y temperatura requerida para el tensado del tejido. Si bien ningún estudio ha indicado cuál es la profundidad ideal para tratar la flacidez cutánea mediante la contracción del colágeno.***
Estos estudios reflejan que el calentamiento a una profundidad de 1 a 2 mm actúa sobre las fibras de colágeno dérmicas a la vez que permite que el mecanismo de enfriamiento proteja la epidermis.
Diferentes estudios ya publicadon demuestra que utilizar la luz para aplicar el calentamiento deseado a esta profundidad mediante una selección adecuada de la diana de absorción (cromóforo) y de las longitudes de onda es uno de los tratamientos idoneos junto con la aplicación de (IR y RF).
El agua se presenta como una diana de absorción ideal para crear una distribución uniforme del calor en el volumen de tratamiento. Las longitudes de onda dentro del rango de 1.100 a 1.800 nm tienen una profundidad de penetración apropiada, pero requieren la atenuación de las longitudes de onda fuertemente absorbidas en el intervalo de 1.400 a 1.500 nm.
La curva de absorción del agua. El intervalo de 1.100 a 1.800 mm ofrece la absorción moderada necesaria para calentar a una profundidad de 1 a 2 nm.
En la actualidad existe Uniformidad del tratamiento:
.- Las diferentes longitudes de onda y fuentes de energía se pueden utilizar para crear el calentamiento deseado.
.- La energía de radiofrecuencia se ha utilizado para el tensado tisular. Con exposiciones de milisegundos y un calentamiento considerable, estos dispositivos también han demostrado el tensado tisular mediante estudios histológicos.
Existen equipos (E-light) que combinan energía óptica (IPL) con radiofrecuencia para obtener el mejor provecho de ambas tecnologías:
La RF calienta las capas más profundas de la piel permitiendo mejorar la aplicación del láser sobre la diana o target. Como se requiere una cantidad considerable de calor para producir el tensado tisular, el enfriamiento de la epidermis es un elemento esencial del tratamiento. Se aplican a menudo enfriamientos previos y posteriores para proteger la epidermis, ya que el calor aplicado se difunde a los tejidos circundantes después del tratamiento.