El ‘truco’ de la báscula diaria, para bajar el índice de masa corporal (IMC)
Un nuevo estudio llevado a cabo en conjunto por los investigadores de la Universidad de Drexel y la Universidad de Pennsylvania afirma que es posible perder peso sin llevar a cabo de forma consciente un cambio alimentario, tan solo pesándose a diario.
¿Cómo hacerlo?
Para llegar a tal conclusión, los investigadores reclutaron a 294 mujeres en edad universitaria con diferentes pesos corporales. Las chicas tuvieron que responder a cuestionarios sobre la frecuencia con la que realizaban un seguimiento sobre su peso corporal.
A continuación los investigadores analizaron los porcentajes de grasa de todas las mujeres, y determinaron el índice de masa corporal de las mismas. Estas medidas volvieron a tomarse dos años después de comenzar el estudio.
Según los científicos, aquellas mujeres que se pesaban a diario experimentaron una caída en su índice de masa corporal mientras que aquellas que se pesaban con menos frecuencia no experimentaban tal descenso de peso. Las chicas afirmaron no haber realizado ningún otro cambio en sus rutinas diarias, ni siquiera a nivel alimentario.
Pérdidas de peso modestas
Cabe destacar, según refiere Diane Rosenbaum, psicóloga de la Universidad de Pennsylvania y coautora del estudio, que las pérdidas a nivel de índice de masa corporal y porcentaje de grasa fueron modestas, pero aún así significativas. Especialmente teniendo en cuenta que las mujeres participantes en el estudio no estaban realizando de forma activa un programa de pérdida de peso.
Por otro lado, también se produjo un hecho paradójico: aquellas mujeres que se pesaban a diario eran las que tenían un IMC y un porcentaje de grasa corporal más elevado al inicio del estudio, pero aún así fueron las que disminuyeron ambas cifras en comparación a aquellas mujeres con un IMC más bajo inicialmente.
Según los investigadores, recordar de forma constante las cifras de peso corporal podría ser un aliciente para continuar con los objetivos fitness a largo plazo, algo así como una forma de automotivación a nivel mental.
A todo esto hay que añadir los resultados descubiertos por otros trabajos. Por ejemplo, un artículo publicado por la Escuela de Medicina de Harvard aseguró que comer mientras se hacen otras tareas -trabajar o mirar la televisión- puede provocar que se coma más sin querer. Asimismo, una revisión publicada en la American Journal of Clinical Nutrition llegó a la conclusión de que comer mientras se está distraído produce que se coma durante más tiempo.